Recuerdo.

No he querido sacar los cálculos, porque no me da la cabeza. No quiero que me dé tampoco, estoy suficientemente mal con los pensamientos que ya tengo.
Sé que terminé con él y a los dos meses estaba saliendo con otra. Lo sé porque me metí a su Instagram y ahí estaban, fotos de una niña pequeña y una mina con ojos achinados. Mensajes cariñosos pero sin respuesta por parte de ella. Igual, lo supe de inmediato.

Pero no estaba conforme y necesitaba más pruebas. Accidentalmente dí un Like en una de sus fotos y lo quité enseguida, pero la notificación le llegó igual. Me escribió de vuelta, me dijo que había pensado que yo de buena onda le había dado Like y que quería hablar conmigo. Le dije que no, que había sido un error. Lo fue poh. ¿Quién mierda le da Like a su ex después de haberlo puteado? ¿Quién mierda querría hablar con un ex que se dedicó a escribir basura sobre una en Internet?
Claro, igual, ¿quién mierda le da Like a una foto de su ex en esas condiciones?...

Yo. Porque a mi suerte le encanta jugarme chueco. Porque a mi mente le encanta crear mundos a partir de la ansiedad.

Lo busqué en Google. Y apareció una publicación con su apodo, (un apodo que nadie más en el mundo se pondría) en un foro de maternidad. Preguntaba algo sobre si le haría mal a su "pareja" tomar Viadil porque estaba embarazada. Nadie le respondió, pero juro que pensé en enviarle una respuesta de mierda. Lo sabía, era más que obvio que se trataba de él.

Pensé durante mucho tiempo en nuestra relación. Vinieron a mi mente todas las veces que me opuse a tener relaciones sin preservativo y discutimos tan mal por eso, todas las veces que accedí como imbécil, y el par de veces que en verdad me urgí y me tragué las recriminaciones hacia él porque sabía que yo era mucho más responsable de lo que pasaba. Solo podía llorar inconsolablemente mientras él, insoportablemente, me decía que si teníamos un bebé todo iba a ser mejor y que él iba a estar conmigo. Nunca se puso en mi lugar.

Pero no bastaba eso como prueba, necesitaba algo más. Me convencí por mucho tiempo de que no fui una buena polola porque parecía que no lo quería (algunas personas me decían eso). La verdad es que siempre sentí que no remábamos para el mismo lado, así que tarde o temprano todo tendría que terminar. Pero en el fondo de mí, creí que podría hacerlo cambiar de opinión, que íbamos a estar bien solos, que mi falta de ganas de ser mamá no iban a ser un impedimento para nuestra relación...

Busqué a la mina en Facebook. De foto portada, la misma niñita y otra guagua recién nacida, un niño. En el Instagram nuevo del loco hay una portada de tarjeta de babyshower con el nombre Aarón.

No he llorado, pero mi corazón se siente como deshecho. Siempre creí que la primera vez que pololearía iba a ser especial, que realmente me querían, que realmente era amada por lo que era. Pero no pudo ser, porque yo no quiero ser mamá.

Y sé que no es mi error. Sé que también peleábamos mucho, que me sentí incomprendida en muchos otros aspectos y que él hizo promesas que no cumplió. En el fondo, igual sabía que no íbamos a ningún sitio.

Pero igual me duele. Igual me cuestiono. Igual pienso que hay cosas que damos por sentadas antes de comenzar una relación. Nunca lo hablamos antes, solo me dí cuenta de su deseo de ser papá cuando lo escuchaba muy feliz mientras yo lloraba y gritaba porque tenía un atraso.

Creo que es tiempo de convencerme de que sencillamente no era para mí.

Otra vez el amor se escapa de mis manos. Esta vez fue hace tiempo, pero me ha dolido reconocer que he sufrido demasiado por lo mismo y que es tiempo de dejarlo ir.


Comentarios

Entradas populares